18 de Mayo de 2009
Denuncian
que la SIDE opera a pleno en la campaña
Persecuciones a Tinelli y a Barrionuevo.
El sabotaje del agua en Mar
del Plata.
La SIDE y la campaña sucida. La investigación completa en
revista Noticias. | Foto: Revista Noticias
Está claro que no es la primera vez que la Secretaría de
Inteligencia del Estado (SIDE) es protagonista de presiones
a distintas personalidades del poder de la Argentina. Sin
embargo, no existen registros en los últimos 25 años de una
participación tan activa de integrantes del organismo a
cargo de Héctor Icazuriaga en medio de una campaña
electoral.
En una investigación de la
Revista
Noticias
se revelaron las presiones que sufren distintos dirigentes
de la oposición en el marco de las elecciones del 28 de
junio próximo. Francisco de Narváez, Luis Barrionuevo,
Santiago Montoya, Gustavo Pulti y Marcelo Tinelli son
algunas de las personalidades que la SIDE vigila día y
noche.
La foto. Barrionuevo, uno de los perseguidos por los servicios, fue
fotografiado con una mujer; de inmediato enviaron las
imágenes a su esposa. De esta manera, el Gobierno intenta
callar las críticas del líder gastronómico, aliado de
Eduardo Duhalde y opositor tanto del Gobierno como del
titular de la CGT, Hugo Moyano.
Mientras tanto, De Narváez,
imputado por una llamada (que
salió de un celular a su nombre) al "rey de la efedrina"
Mario Segovia, sufrió la infiltración de un espía
en su entorno. Un colaborador suyo lo descubrió. El
empresario es la
principal amenaza electoral del kirchnerismo
en la provincia de Buenos Aires.
Gran Cuñado. Tinelli se convirtió esta semana en el personaje de la
farándula que más preocupa a la clase política argentina.
Las imitaciones en su programa televisivo provocaron
especial temor en el Gobierno,
quien intenta intimidarlo con espías que lo siguen cuando
visita el Hotel Faena.
Increíble sabotaje.
Pero el caso más impresionante ocurrió en Mar del Plata.
Dubitativo, el intendente Gustavo Pulti no definía su
participación en las listas K. Sin embargo,
el sabotaje que dejó sin agua
a media ciudad durante más de tres días lo
obligó a decidirse: será parte del Frente para la Victoria
en junio.
Con fondos reservados que
superan los $450
millones, Néstor Kirchner es el
destinatario final de las trasncripciones de escuchas
ilegales a opositores que buscan hallar pruebas
comprometedoras. Sin embargo, en caso de no conseguir
ninguna evidencia, la SIDE no duda: pueden inventarse.
-------------------------
NOTAS RELACIONADAS:
Denuncias y escándalos que estallaron
antes de otras elecciones
El fantasma de la campaña
sucia recobró fuerza tras las dudas en torno al caso que
vincula a Narváez con la causa de la efedrina; la era
kirchnerista registra varios antecedentes de acusaciones
lanzadas cuando faltaban pocos días para votar; los casos
más resonantes
Las campañas, se sabe, son el terreno más fértil para que
proliferen los cruces verbales más filosos entre
contrincantes. Pero suelen ser también escenario de
acusaciones y denuncias que no sólo enrarecen el clima
previo a los comicios, sino que pueden terminar en la
Justicia y hasta ser desmentidas un tiempo después, cuando
las elecciones son un lejano recuerdo.
Las dudas en torno a la vinculación entre el candidato
Francisco de Narváez y el llamado "rey de la efedrina"
reinstalaron el fantasma de la campaña sucia.
La era kirchnerista registra varios antecedentes en la
materia. Enrique Olivera, Jorge Telerman y Juan José Alvarez
quedaron en medio de los casos más recordados.
Corrían los últimos días de octubre de 2005. Faltaban
cuatro días para las elecciones legislativas. Un cable de la
agencia Télam lanzó la primera piedra. El despacho daba
cuenta de una denuncia presentada ante la Oficina
Anticorrupción (OA) para que se investigara si Olivera,
entonces primer candidato a legislador por ARI, que lideraba
Elisa Carrió, tenía depositados más de dos millones de
dólares en cuentas bancarias en el exterior. Carrió era
candidata a diputada por la Capital y marchaba segunda en
las encuestas, cerca de Mauricio Macri.
Olivera y su jefa no tardaron en salir a desmentir la
información y apuntaron directamente contra Néstor Kirchner,
a quien acusaron de montar una operación contra el candidato
para arruinar su desempeño electoral.
Carrió llevó el tema a la Justicia: denunció al
ex presidente y a su entonces jefe de Gabinete, Alberto
Fernández, por "falsa denuncia, inducción con engaños al
voto y calumnias e injurias".
Las versiones sobre el origen de la acusación empezaron a
correr enseguida. Todas las miradas apuntaban a la Casa
Rosada, hasta que se supo que
el denunciante había sido Daniel Bravo, hijo del
histórico dirigente socialista Alfredo Bravo y entonces
director de Deportes de Aníbal Ibarra. Antes había sido
legislador porteño y tenía un vínculo estrecho con Alberto
Fernández. Como era de esperar, salió a defenderse. "A mí no
me pagó el Gobierno", aseguró por esos días. "Fui legislador
porteño al mismo tiempo que Alberto Fernández, pero de ahí a
decir que él me pagó para que cuestionara a Enrique Olivera
es una locura. Yo ni voy a votar al Gobierno ni estoy
operando políticamente. Me llegó una denuncia anónima y la
trasladé a la Oficina Anticorrupción [OA]", ahondó.
Cuando faltaban poco más de dos días para la elección,
Kirchner y Carrió protagonizaron un duro choque por el tema.
"Cuando uno quiere demostrar su honestidad es fácil. Con
todo respeto le diría a Olivera que le haga un favor al
país, que vaya al banco y pida un certificado que muestre
que no tiene una cuenta y listo. Es un trámite simple y se
acaba la discusión", lanzó Kirchner en una entrevista
radial. La réplica de Carrió llegó pocas horas después.
"Estamos ante la última operación del coyote Fernández",
disparó.
La tardía aclaración.
El tema quedó aclarado cuatro días después del domingo de
las elecciones. El banco HSBC de Nueva York certificó que
Olivera no tenía cuentas en ninguna sucursal de la entidad.
La
confesión final
llegó casi dos años
después de las elecciones. En agosto de 2007, Bravo presentó
un texto de retractación ante la Justicia en el que
reconoció que los datos de la denuncia contra Olivera eran
falsos y se disculpó por haber creado "injustamente un manto
de dudas" contra el legislador.
En septiembre de 2006, el diario Página/12 publicó que
Juan José Alvarez, entonces diputado nacional del PJ
antikirchnerista que empezaba a tomar forma en el Congreso,
había sido empleado de la Secretaría de Inteligencia del
Estado (SIDE) entre 1981 y 1984. Aunque faltaba poco más
de un año para las presidenciales de 2007, la campaña ya
estaba en marcha. Y Alvarez ya estaba instalado como
operador de Roberto Lavagna, que se perfilaba como
candidato.
La difusión del pasado del ex ministro de Eduardo Duhalde no
tardó en ser leída como un "carpetazo" salido de la propia
SIDE. Y el poder intentó despegarse enseguida. "El Gobierno
no tiene nada que ver. No me consta ni que el Gobierno ni
que la SIDE hayan entregado esos archivos", afirmaba Aníbal
Fernández por esas horas. "Del pasado no hay que olvidarse",
deslizaba Alberto Fernández.
Alvarez admitió su paso por la SIDE, afirmó que sólo había
desempeñado tareas administrativas, pero el vínculo entre la
difusión de los datos y su tarea política de esos días le
pareció evidente. "No entiendo cómo un legajo de un
organismo de inteligencia que está desde hace 25 años allí
se revela ahora. Es un hecho grave", dijo en una entrevista
con LA NACION.
El tema desembarcó en la Justicia, pero no prosperó. El
entonces fiscal Carlos Stornelli pidió que se investigara si
había habido violación de secreto de la ley de inteligencia.
La solicitud recayó en el juzgado federal de María Servini
de Cubría.
La licenciatura de Telerman.
En enero de 2007, cuando faltaban cinco meses para las
elecciones a jefe de gobierno porteño, el Gobierno denunció
al entonces mandamás de la ciudad de firmar documentos como
"licenciado", cuando en realidad carecía de título
universitario. "Sé que, en la medida en que vaya pasando el
tiempo, los debates se harán más caldeados, más apasionados,
y quienes necesitan figurar mejor en los sondeos se afanarán
más para mostrarse arriba del ring", concluyó Telerman.
En el mismo acto en que reconoció que no era licenciado,
el ex jefe de gobierno anunciaba también la fecha de los
comicios en el distrito.
Pero la falsa licenciatura no fue el único
carpetazo que recibió Telerman. Apenas dos meses después, el
juez del caso Skanska incluían en la investigación la
posible utilización de facturas truchas de publicidad en el
gobierno porteño.
Como una defensa en la acusación de
irregularidades en la construcción del Gasoducto del Norte,
el Gobierno apuntó contra Telerman. "Acá hay
facturas truchas con fondos públicos, cuatro de ellas
emitidas el mismo día, el 20 de julio de 2006", acusó
Alberto Fernández en una de las pocas oportunidades en que
se presentó en el Congreso para dar su informe mensual.
Lucrecia Bullrich,
lbullrich@lanacion.com.ar,
en su nota del diario La Nación.